Esta pieza de arte abstracto es una celebración de textura y color, mezclando audazmente el oro opulento con el blanco puro, el negro intenso y los tonos neutros para crear un efecto visualmente estimulante. La rica aplicación de la pintura crea una superficie dinámica que invita a la contemplación y la introspección, mientras que los elementos metálicos añaden un toque de elegancia. Cada pincelada y rasguño en la obra aporta una energía única, haciendo de esta una declaración audaz que puede complementar cualquier espacio contemporáneo o tradicional. Este cuadro no es solo una decoración, sino una pieza central que atrae la mirada y estimula el diálogo, perfecta para cualquier coleccionista que busque añadir un toque moderno a su entorno.
Medidas
Todas las medidas en cm (Largo alto)
Pintura 80*80